El muro de las silenciadas

Este muro, cuyos materiales han sido donados por Antonio Conchillo, debería haberse iniciado en enero. Es una instalación a largo plazo, una manera de ir visibilizando a aquellas que han sido, y son, asesinadas y calladas por el machismo. Lo iniciamos ahora, en la semana de la mujer, y permanecerá en este lugar hasta diciembre. Cada vez que se produzca un asesinato machista añadiremos un elemento más. Esperamos que ver esos ladrillos cada día nos haga ser más conscientes de la barbarie que suponen. Cada uno de ellos es una vida truncada: una madre, amiga, hermana… que ha sido asesinada por el solo hecho de ser mujer, y por quien decía quererla. Una vida que ha sido humillada y anulada durante mucho tiempo, que ha vivido con miedo y que no ha podido escapar de su asesino.

Tan horrible como esta violencia, este terrorismo contra las mujeres, es la negación del mismo, el no querer darnos cuenta de lo que sucede; y el permanecer en silencio ante tamaño horror.

ESTE MURO GRITARÁ CADA DÍA por aquellas que ya no pueden hacerlo.

La primera víctima mortal de 2020 fue Mónica Linde, de 28 años, asesinada junto a su hija Ciara, de tres, por su expareja, y padre de la pequeña, en el día de Reyes. Desde ese día Olga, Judith, Liliana, María, María del Mar, Clara, Lorena, Manuela, Ana (maestra de infantil en un colegio de La Zubia), Alina, 14 víctimas en dos meses; y solo una de ellas había denunciado a su agresor. Además, ocho niños han quedado huérfanos desde entonces. Muchas víctimas no denuncian por miedo a no ser creídas, y otras por el miedo a las consecuencias, ya que 8 de las asesinadas convivían con su asesino.

Desde el IES “Sierra Nevada” queremos mostrar nuestra indignación y nuestra repulsa ante cualquier acto violento, pero sobre todo ante estos asesinatos en los que un hombre se cree dueño de la vida de su mujer o exmujer, y de sus hijas e hijos.

El 016 es el número de atención a las víctimas de violencia de género. No deja huella en la factura, pero hay que borrarlo del registro de llamadas.

Por desgracia, esta es la evolución del muro: